miércoles, 16 de marzo de 2011

Se puede salir....otros ya lo hicieron

Esta noche, cosas de la vida, al volver a casa tras una "pachanga" de futbito con los amigos me encuentro con una noticia que me deja congelado. Eric Abidal, uno de los músicos de la gran orquesta futbolística que es el F.C Barcelona, ha sido alcanzado por los dardos envenenados del cáncer. Al parecer, se le ha detectado un tumor en el hígado y el Viernes será operado de urgencia para conocer el carácter de éste. Parece mentira, en el momento de forma que se encontraba el defensa francés. La noticia nos golpea poco después de conocer que Miki Roqué, jugador del Betis, también tiene un tumor en la pelvis.


La verdad es que soy simpatizante (creo que no llego ni siquiera al nivel de seguidor) del Real Madrid. Ese glorioso corcel blanco que, en mi tierna juventud, endulzaba las tardes primaverales de Mayo con sus gestas europeas, en los albores del nuevo mileno. Lo cierto es que me considero todo un hooligan, un ultra, o si ustedes quieren, un seguidor acérrimo de todo lo que signifique DEPORTE. Creo que, en estos tiempos enrarecidos que vivivos, es lo único que no te hace vomitar por televisión. Es de las pocas cosas que nos quedan en las que aún se podría incluir la palabra NOBLEZA. Así es, cualquier evento deportivo, máxime el fútbol por su repercusión, nos hace pasar horas y horas pendientes de un resultado, una posición, un "podium" conseguido o no, unas décimas de segundo que separan al deportista de la gloria absoluta o del fracaso más dulce. En deporte, para mí, no existe el fracaso como tal.

Cuesta creer que a un futbolista, al que todos vemos como una especie de acorazado, inmune a todo y exento de los males que pueblan el mundo, le pueda afectar tamaña desgracia en forma de tumor. Esos ídolos , que suben y bajan los carriles del campo casi de manera incombustible, que luchan cada balón como si les fuera la vida en ello y que se juegan el físico cada semana. Esas figuras, casi míticas, a las que vemos rodeadas de un halo, un escudo protector que nunca dejaría pasar algo que pudiera perjudicarles.


Pero,como sabemos, los deportistas son ante todo humanos. Y eso hace, si cabe, más grande su labor. Son personas que han llevado la capacidad de los mortales a límites inimaginables. Sin duda, esto ha sido y será algo clave en los procesos de recuperación cuando una enfermedad les golpea. Las condiciones atléticas de un deportista, y las mentales por supuesto, tienen una influencia increíble cuando hablamos de salir de una lesión grave, una enfermedad o de,incluso, burlar a la muerte.

Varios han sido los casos de superación. Gente, como nosotros, pero con el cartel de "sport-man" colgado al cuello. Personas que han tenido que luchar, como tantos y tantos hacen día a día, en camas de hospitales y sesiones de quimioterapia. No son mejores ni peores que el ciudadano de a pie, pero la repercusión mediática se dispara en estos casos. Nadie se preocupa porque un conserje de un pabellón municipal se esté muriendo de cáncer. Será portada en los periódicos si de un deportista de élite hablamos.

Pero el tema de esta reflexión no es ese. Ni siquiera quiero idealizar a los deportistas que han superado adversidades. Se puede decir que esto es algo inherente a la naturaleza humana Quiero, simplemente, dedicar unas líneas a todos aquellos que hayan pasado o lo estén haciendo ahora por un proceso similar. Las estadísticas están ahí. Se puede salir de esto... y de hecho se sale.

Lance Armstrong es el caso más claro. Ganó 7 Tours de Francia después de ser operado de un cáncer de testículos que le había producido metástasis y que le afectó a diversos órganos e incluso al cerebro, donde llegó a tener un tumor del tamaño de una pelota de golf. Pero no sólo él. Jose Francisco Molina, ex portero rojiblanco, del"Depor" y de nuestra selección fue tratado de lo mismo. Existen infinidad de motivos para la esperanza. La ciencia médica avanza a pasos agigantados y el pesimismo de ayer, es la esperanza de mañana.

Como seguidor de fútbol. Amante del juego que práctica el que para mí es el mejor equipo desde que el fútbol es fútbol (BarÇa) y sobre todo y más importante, como persona, deseo la pronta recuperación de Abidal y de todos los deportistas y personas que puedan estar en esa situación. Estos partidos,al igual que las finales, no se juegan. Se ganan.

ÁNIMO ABI, SE PUEDE SALIR. OTROS YA LO HICIERON.

No hay comentarios:

Publicar un comentario