sábado, 19 de marzo de 2011

Tarde, mal y nunca

Un hombre sabio me dijo hace poco: "esto es ya la 3ª Guerra Mundial". Y la verdad es que no es para menos. Quizás no es un conflicto formalmente declarado, pero desde los 90, con la Guerra de los Balcanes, pasando por la guerra de Irak, los conflictos constantes en Oriente Próximo, Gaza, las revueltas árabes y ahora Libia, se está librando en el mundo una auténtica guerra de guerrillas.


La rebelión en Libia casi era obligada. Después de los levantamientos de Túnez y de Egipto, los libios se han enfrentado a su dictador Muamar Gadafi. Sin embargo, ha habido una diferencia fundamental: Gadifi no se quiere ir. En Túnez y Egipto, los gobiernos no presentaron apenas resistencia, y tanto Ben Alí como Moubarak salieron por la puerta de atrás, casi sin hacer ruido, dejándo el poder en manos del pueblo. Quizás esto ha hecho confiarse en exceso a la ONU, que ha tardado mucho en reaccionar. Demasiado, creo yo.

Las noticias, cada día, nos mostraban los movimientos de las tropas revolucionarias, así como el ejército fiel a Gadafi, como si de piezas de ajedrez se trataran. Los enfrentamientos eran cada día más duros y sangrientos, y al dictador sexagenario cegado por el poder no le temblaba la mano al bombardear ciudades enteras sin importarle la muerte de cientos de civiles ajenos a las revueltas. Las Naciones Unidas, perdidas entre montañas de diplomacia y protocolo, como siempre, tardaron en pronunciarse. Lo hicieron a su más puro estilo, lanzando mensajes al gobierno libio, instándole a abandonar y a plegarse a las exigencias de su pueblo. Pero la cosa se fue yendo de las manos.


Ayer, Francia, Gran Bretaña, EEUU (curiosamente no Alemania) y España dieron un ultimátum a Libia. El Consejo de Seguridad de la ONU fue firme, y los aliados amenazaron con la exclusión del espacio aéreo y el envío de tropas para asegurar a la población civil si Gadifi no se rendía. Mal asunto amigos, la cosa llega tarde. El aún presidente libio no da su brazo a torcer. Tras declarar que detrás de las revueltas se encontraba Al-Qaeda (incluso dijo que éstos habían drogado a la población) y estar varios días en paradero desconocido, ahora el dictador se encuentra más fuerte que nunca. El ejército del país ha ido comiendo terreno a los sublevados y ante las amenazas internacionales ha declarado: "Si dáis un paso, lo lamentaréis"

Como digo, la ofensiva aliada llega tarde, y el tema tiene muy mala pinta. No parece que se vaya a solucionar sin más derramamiento de sangre. Aquí, los medios de comunicación patrios más reaccionarios no han tardado en engrasar su maquinaria. Ya comparan la participación española con la Guerra de Irak. Comparan la entrada en un conflicto armado bajo el paraguas de la ONU con la de otro, el de Irak, al que se acudió para derrocar a otro dictador, es cierto, pero sin el consentimiento del organismo internacional y amparándose en una serie de excusas que más tarde se demostró, no tenían ningún fundamento.

Un hombre sabio, un día, me volvió a decir: "miedo me da, que tras las revueltas, se encuentren los fundamentalistas". Y es que, amigos, no sería descabellado pensar que tras los levantamientos de los árabes se pueda encontrar Al-Qaeda como instigador principal. El objetivo, hacerse con el control de los países. Ahí, en la sombra, se encuentran los "Hermanos Musulmanes" en Egipto que, según ellos, no tienen nada que ver con el comando islamista y lo único que quieren es la "democracia" para el pueblo. Esto se antoja difícil, para una cultura que se encuentra en el año 1433.

No se sabe qué pasará. No obstante, siempre es positivo ver cómo hay personas que dan su vida y luchan hasta el último segundo para conseguir un régimen político que los incluya y que no prescinda de ellos. Pero no seamos hipócritas. Gadafi, Moubarak, Ben Alí, Sadam...todos han sido hombres de paja de occidente. Sus mandatos se alargaban más y más en el tiempo y parecían no tener fecha de caducidad. A EEUU y Europa casi no les molestaba que estuviesen ahí, haciendo poco ruido y teniendo los pozos petrolíferos en paz. Se reunían con los dictadores y estrechaban sus manos para la foto. Los titulares de los periódicos rezaban: "El acuerdo con Libia sigue su curso", "Se mantienen las buenas realaciones entre Egipto y occidente"... Pero ya se sabe, quien siembra vientos...

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